martes, 26 de octubre de 2010

Ya en 1973 se alertaba sobre los bodrios arquitectónicos en Málaga

Ya en 1973 se alertaba sobre los bodrios arquitectónicos en Málaga, al menos lo hacía el Sr. José Seguí Pérez, quien en el número 1 de la Revista Jábega, escribía reflexiones tan interesantes como la que transcribo a continuación (más abajo dejo el link al artículo completo):
Sería curioso estudiar en el proceso del desarrollo de Málaga en los últimos quince años [1958-1973], años del gran boom turístico, el nacimiento de un bodrio cargado de absurdos arquitectónicos y más grave aún, urbanísticos. Se han transplantado sin más soluciones arquitectónicas de otras ciudades y naciones, se han utilizado estilos y modalidades copiados de otros lugares, en pocas palabras, se ha destruido el paisaje y olvidado totalmente un previo estudio antropológico y un análisis de las necesidades planteadas (...) Al fin y al cabo, nuestras ciudades y calles son una exposición permanente por donde paseamos diariamente, con la desgraciada dificultad de que en esta exposición no podemos descolgar una obra si no nos gusta: la tendremos que aguantar, como mínimo, varias generaciones. He aquí el verdadero problema: un fallo en esta materia supone una existencia de la obra con un mínimo de duración de 50 ó 100 años de vivir las consecuencias de un mal estudio."