domingo, 26 de junio de 2011

GEOGRAFÍAS DEL DESASTRE: Expolio del BIC Conjunto Histórico Artístico del Centro de Málaga

Mapa del BIC Centro Histórico de Málaga
Mapa del BIC Centro Histórico de Málaga: situación patrimonial de las parcelas urbanas edificadas o edificables.

Geografías del Desastre: Avance de la investigación documental, cartográfica y estadística del proceso sistemático de destrucción y expolio del Patrimonio Histórico del BIC Centro de Málaga

Aproximadamente quinientos kilómetros recorridos a pie por las calles del Centro de Málaga, más de mil doscientos edificios (tan solo sus “huellas”, en demasiados casos) censados y determinados urbanística, catastral y patrimonialmente, más de cinco mil fotografías realizadas, cerca de cien mil registros tabulados en bases de datos, consultados casi dos mil documentos, unas cien sentencias del Tribunal Supremo y más de 50 leyes, decretos y ordenanzas sintetizadas… son algunas de las cifras que acompañan al trabajo de investigación que desde octubre de 2010 se está llevando a cabo para documentar con el máximo rigor científico la situación real en la que se encuentra el Núcleo Central del Bien de Interés Cultural “Conjunto Histórico-Artístico de Málaga”, BIC cuyo expediente se inició en 1985, al amparo de la por entonces nueva y reciente Ley del Patrimonio Histórico Español, cuya formulación venía condicionada por los requisitos exigidos a España para su inminente ingreso en la anterior Comunidad Europea, actual UE.
Texturas arquitectónicas tradicionales en el Centro Histórico de Málaga
Texturas arquitectónicas tradicionales en el Centro Histórico de Málaga antes de 1957.
Cronológicamente, el punto de inflexión clave en esta investigación se sitúa en el año 1957, fecha en la que, por primera vez en la ciudad de Málaga, el estilo arquitectónico “Internacional” se ve materializado en forma del edificio de 9 alturas construido en la calle Litoral, número 4 –justo detrás del “famoso” Hotel Málaga Palacio, y que inicia de este modo el moderno proceso sistemático de destrucción del Patrimonio y del Paisaje Urbano Histórico del Centro de Málaga, más concretamente delimitado para este estudio en su “Núcleo Central” –la zona “intramuros” medieval, la “almendra” histórica–, donde se contaban por entonces 1.255 fincas urbanas.
El estilo Internacional, subproducto del “Movimiento Moderno”, nació y fue impulsado veinticinco años atrás por un grupo de arquitectos entre los que adquirió gran renombre un franco-suizo de curioso apodo, y cuyas buenas intenciones teóricas pronto fueron tergiversadas por la especulación económica y el afán protagonista de una nueva “hornada” de arquitectos sin escrúpulos.
A finales de los años Cincuenta, el Internacional era ya un estilo decadente en Estados Unidos de América y Europa Occidental y, asimismo, había recibido severas críticas tras las numerosas destrucciones que provocó en el mermado Patrimonio Histórico que la Segunda Guerra Mundial había respetado en las antiguas ciudades europeas, pero ni su obsolescencia teorética ni su dramático impacto ambiental impidieron su instalación con gran vigor en la ciudad de Málaga, a partir del mismo momento en que el régimen del dictador Francisco Franco puso fin al periodo autárquico e impulsó los primeros movimientos “aperturistas”.
Al año siguiente, en 1958, otro edificio histórico era derribado en pleno corazón de Málaga para dar paso al segundo ejemplo de la nueva arquitectura dominante, en este caso, una “pequeña torre” residencial cuya estética revelaba ya todo el potencial del feísmo más aberrante, destrozando para siempre el paisaje urbano histórico del minúsculo adarve de la calle Coronel, a escasos metros de la esbelta torre dieciochesca de la Iglesia de San Juan.
Tras una aparente pero falsa tregua durante 1959, el año 1960 alumbró otros 7 esperpentos, a los que se irían sumando un total de 110 EDIFEICIOS (palabro que sintetiza “edificio” más “feo”, en su segunda acepción según la RAE) diseminados por todo el casco histórico de Málaga, desde 1957 hasta el Constitucional año de 1978, arrojando así una tasa de 5 edificios históricos destruidos anualmente durante este desafortunado periodo.
Nuevas texturas arquitectónicas que el estilo Internacional del Movimiento Moderno introdujo en el Centro Histórico de Málaga
Nuevas texturas arquitectónicas que el estilo Internacional del Movimiento Moderno introdujo en el Centro Histórico de Málaga entre las décadas de 1960 y 1970, durante el Desarrollismo instaurado por la dictadura Franquista.
Esta tasa de destrucción se redujo a la mitad a lo largo de la convulsa etapa de la Transición política y “solo” se destruyeron 3 edificios históricos cada año entre 1979 y 1989 (32 demoliciones y nuevas edificaciones en total), debiendo destacarse que mediado este periodo, concretamente el 18 de julio de 1985 se inició la tramitación oficial del expediente para la declaración del Conjunto Histórico-Artístico del Centro de Málaga como Bien de Interés Cultural (BIC).
En 1990 se aprobó a todos los efectos urbanísticos y jurídicos el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) del Centro de Málaga, dando comienzo a una esperanzadora para la conservación del Patrimonio Histórico– década de la que muy pronto se revelaría su auténtico cariz: justamente el contrario al esperado, de modo que se destruyeron anualmente casi 11 edificios históricos hasta 1999 (114 demoliciones y nuevas edificaciones en total). Así pues, la intensidad del proceso de destrucción del Patrimonio Histórico malagueño durante los Noventa supuso tasas que casi duplicaban los infames años del Desarrollismo Dictatorial.
Pero lo peor aún estaba por llegar, coincidiendo con el acceso al poder municipal del prohombre político que ya ocupara cargos de alto nivel directamente designados por la jerarquía más cercana al Dictador. Se trata del señor Don Francisco de la Torre Prados, bajo cuyo mandato con la democrática "bandera” del Partido Popular,  se ha permitido la demolición total o parcial de 243 (19%) edificios históricos, construidos entre el siglo XVIII y el ecuador del siglo XX.
Nuevas texturas arquitectónicas que el estilo postmoderno ha introducido en el Centro Histórico de Málaga
Nuevas texturas arquitectónicas que el estilo postmoderno ha introducido en el Centro Histórico de Málaga entre 1990 y 2000.
Esta escalofriante tasa de 20 edificios históricos derribados cada año, desde el 2000 hasta el actual 2011, bate pues todos los récords en la destrucción del Patrimonio Histórico de la ciudad de Málaga, tan solo superado por las políticas higienistas decimonónicas, amparadas por el miedo a las dramáticas epidemias y sus altas tasas de mortalidad, cuando ni existían Leyes o Normas que protegiesen la cultura material del pasado, ni existía conciencia social alguna sobre el valor de la Historia y la necesidad de conservar la herencia común para las generaciones futuras. Ante esta política practicada por el actual Alcalde de Málaga y su equipo de gobierno, algunos ciudadanos han decidido acuñar merecidamente el entrañable sobrenombre de Paquito Piquetas.
De este modo, suman en total 442 edificios históricos desaparecidos, más 60 transformados o alterados gravemente. Estas 502 actuaciones ejecutadas entre 1957 y 2011 suponen por tanto el 40% de las 1.255 parcelas urbanas del Núcleo Central Histórico de Málaga.
Del 60% restante los 753 edificios auténticamente históricos que aún permanecen en el sector cabe destacar en primer lugar que 52 (4%) se encuentran actualmente en estado avanzado de ruina, por lo que su demolición es más que probable a corto o medio plazo, fundamentalmente porque el artículo 157.3 de la vigente Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía así lo permite a sus propietarios si éstos lo estiman oportuno.
En segundo lugar, puede destacarse que 375 edificaciones históricas (30%) o bien cuentan con un grado de protección patrimonial del todo insuficiente o bien no cuentan con ningún tipo de protección específica más que la que teóricamente les otorgaría su pertenencia al Conjunto BIC. Los calificativos “insuficiente” y “teórico” no son en absoluto ni gratuitos ni excesivos en tanto que, por una parte, la Protección Arquitectónica de Grado II no implica el deber de salvaguarda del edificio sino tan solo de algunos escasos elementos que pueden ser exclusivamente estructurales y ni siquiera materiales (por ejemplo, conservar la disposición y dimensiones de un patio en el edificio de “nueva planta” que venga a reemplazar al inmueble histórico); por otra parte, la pertenencia al Conjunto protegido, como tan frecuentemente ha reiterado la jurisprudencia del Tribunal Supremo, no implica una “singular protección” y, por tanto, no le son aplicables ni las determinaciones del Código Penal ni las de la Ley del Patrimonio Histórico a efectos de su conservación.
A continuación, en tercer lugar respecto a la cuestión de los edificios auténticamente históricos que aún persisten en el sector urbano analizado, se contabilizan 311 inmuebles (25%) que cuentan con Protección Integral o con Protección Arquitectónica de Grado I. Tras este grandilocuente lenguaje jurídico y burocrático se esconde de nuevo una realidad bien distinta a la de la protección y conservación, como bien han demostrado numerosas actuaciones (27 contabilizadas solo desde el año 2000) sobre edificios catalogados dentro de dichas categorías supuestamente protectoras y que, en la práctica, han conllevado su casi total demolición. Se trata del fenómeno conocido como “fachadismo” (actuación eufemísticamente denominada “renovación parcial” en las Ordenanzas PEPRI), por el cual se conserva tan solo la fachada del inmueble mientras todo el resto material histórico, desde los cimientos al tejado, es demolido y reemplazado. El Palacio del Marqués de la Sonora, el edificio Félix Sáenz o las casas palaciegas de la Plaza del Teatro, son algunos de los ejemplos más significativos y recientes de fachadismo en el Centro Histórico de Málaga que demuestran que ni la Protección Integral ni la Protección Arquitectónica de Grado I garantizan la conservación de los edificios históricos.
Finalmente, restan pues 15 (1% sobre el total del sector) edificios históricos que sí cuentan con una protección patrimonial auténtica, quedando garantizada su conservación gracias a su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC). Su demolición e incluso su simple alteración pueden implicar prisión para los responsables sentenciados, al incardinarse estos delitos en el Código Penal Español.
En conclusión:
        En el año 2011, cuatro de cada diez edificios del Núcleo del Centro Histórico de Málaga no son auténticamente históricos (en 1990 aún eran "solo" uno de cada diez).
        Respecto al legado arquitectónico auténticamente histórico (60% del parque edificado en el Núcleo del Centro Histórico de Málaga), la mitad de estos 753 inmuebles pueden ser demolidos en cualquier momento, sin por ello incumplir ninguna determinación legal; asimismo, solo 15 edificios cuentan con una protección real que garantice su supervivencia para las futuras generaciones.
Esta es la realidad constatable en el año 2011 para la ciudad que una vez pretendió convertirse en Capital Cultural Europea.
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