miércoles, 23 de marzo de 2011

Sobre el entorno urbano del Museo Thyssen de Málaga y el deber de "la educación intestinal" de los arquitectos


ENTORNO URBANO DEL MUSEO THYSSEN DE MÁLAGA

degradación del paisaje urbano histórico entorno arquitectónico del museo Thyssen de Málaga
Entorno urbano del Museo Thyssen de Málaga
La responsabilidad del diseño de los nuevos EDIFEICIOS del Museo Thyssen de Málaga corresponde al gabinete "RG Arquitectos Asociados" (el situado en Málaga, no el Estudio de igual nombre que hay en Madrid pero que pertenece a otros arquitectos), encabezado por los destructores de paisajes urbanos históricos, señores D. Rafael Roldán Mateo y D. Javier González García. Paradójicamente, estos mismos señores son los responsables de magníficas restauraciones, bastante fieles al original, de diversos edificios históricos del Centro de Málaga, lo que dificulta aún más comprender porqué han hecho semejante barbaridad en el proyecto del Museo Thyssen de Málaga.

El pasado 17 de febrero de 2011 el Diario La Opinión de Málaga publicaba un artículo titulado “La educación del paladar” –de ahí el primer motivo para el título de esta entrada del blog– donde el Sr. Iñaki Pérez de la Fuente, arquitecto, nos deleitaba con una exquisita metáfora gastronómica por medio de la cual pretendía hacernos ver, cual padre firme a la vez que bondadoso y comprensivo ante las protestas de su retoños frente al plato de puré de espinacas, que los ciudadanos malagueños tenemos una educación artística en exceso limitada, anacrónicamente anclada en el siglo XIX, pero que, con el paso de los años, ineludiblemente, forzosamente, aprenderemos a apreciar las imposiciones arquitectónicas vanguardistas en pleno Centro Histórico de Málaga, nos gusten o no.
En primer lugar hay que destacar que sorprende notablemente esta “salida de tono” del Sr. Pérez de la Fuente, que se suele caracterizar por actuaciones urbanísticas y arquitectónicas bastante respetuosas con el Patrimonio Histórico del centro de Málaga, en comparación con lo que son capaces de llevar a cabo otros arquitectos con menos respeto por la legislación vigente y sin ningún escrúpulo.
En segundo lugar, cabe recordar al Sr. Pérez que a la hora de escribir ciertas opiniones hay que ser conscientes de que adoptar la posición de pater familias conlleva ciertos riesgos, como por ejemplo el de que los infantes a los que se trata de (re)educar le acaben tirando el puré de espinacas a la cara, o también el riesgo de que estos “críos” sean implacables juzgando los deslices que pudieran descubrir sobre su “tutor”.
Es por eso que cuando este señor nos habla, en el referido artículo de opinión, de “inmuebles rehabilitados para uso administrativo [del Museo Thyssen]”, nos vemos en la obligación de corregir este muy grave error para todo un profesional de la arquitectura, indicándole que debería haber dicho inmuebles "renovados", que son las construcciones de nueva planta y tipología arquitectónica “contemporánea” que han venido a reemplazar los edificios históricos preexistentes, ya que según el artículo 18 de las vigentes Ordenanzas PEPRI-Centro, "rehabilitar" es aquella actuación que tiene "por objeto la puesta en buen uso del edificio, manteniendo todas sus características estructurales, tipológicas y ornamentales", que no es precisamente el caso de los nuevos EDIFEICIOS del entorno del Museo Thyssen de Málaga.

DESTRUCCIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO

Son pocas las voces de protesta que se han escuchado acerca de la restauración del Palacio de Villalón, pues la justa polémica se refiere fundamentalmente a los cubos de hormigón encalado, de estilo llamémosle “neutralista contrastante feliz” –denominación escogida en honor del Muy Ilustrísimo Sr. Alcalde de Málaga, Esteta Supremo– que para muchos ciudadanos resultan ser auténticas “deposiciones de la historia [reciente]”, empleando pues las propias palabras del Sr. Pérez en otro artículo suyo (“Alcazabilla Poliédrica”); y ahora empleando expresiones propias, decimos que EL DISEÑO DE LOS EDIFICIOS ADMINISTRATIVOS DEL NUEVO MUSEO THYSSEN DE MÁLAGA SON VERDADERAS ARQUITECTO-DEFECACIONES (lógicamente salidas por el lugar contrario al que ocupa el paladar en el aparato digestivo humano, y de ahí el segundo motivo para el título de esta entrada del blog), más propias de esas promociones de VPO para marginados sociales que tanto les gusta hacer a ciertos políticos, promotores y arquitectos, quienes suelen pensar que las personas con escasos recursos económicos no tienen derecho a disfrutar de buena arquitectura, aunque haya de ser de bajo coste económico.
Nos aclara también el autor del polémico artículo que “las distintas escalas son algo consustancial a la arquitectura” y cabe preguntarse si este señor recuerda que el emplazamiento autorizado de la arquitectura dentro de la ordenación urbanística es consustancial al obligado respeto del marco jurídico vigente, y que dicho marco impide la introducción de arquitecturas cuyos “parámetros tipológicos y formales” no se realicen “con respeto y en coherencia con los edificios preexistentes” (artículo 31 de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía).
Y siguiendo con la cuestión de los “contrastes”, el Sr. Pérez añade que “los siglos XVI y XVII mostrarían el ejemplo más sobresaliente, al levantar la Catedral de Málaga sobre un pequeño barrio de casas” y, de nuevo hay que recordarle a este señor arquitecto que en esa época también había esclavitud y monarquía absolutista, y aún peores costumbres como la de ir a la Iglesia casi todos los días, pero que ahora vivimos en el siglo XXI, cuando existen diversas leyes que garantizan la protección del Patrimonio y los Paisajes Urbanos Históricos, como la ya referida Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía, la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía o las Ordenanzas PEPRI-Centro de Málaga, entre otras muchas normas vigentes, y que es precisamente por ello que hoy en día no sería posible edificar legalmente un mamotreto como el “Málaga Palacio” en el mismo lugar donde ahora se localiza, por más que algunos arquitectos sin escrúpulos lo estén deseando… léase: proyecto de hotel de diez plantas en Hoyo de Esparteros, diseñado por los becarios menos avezados del Sr. Rafael Moneo, quien es en la actualidad y por méritos propios uno de los mayores destructores de paisajes urbanos históricos de España.

IMPACTO DE LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA SOBRE EL PAISAJE URBANO HISTÓRICO DE MÁLAGA

Así pues, sirvan todas estas reflexiones para recordar a ciertos arquitectos -- que la implantación de edificios “vanguardistas” a costa de la destrucción del Patrimonio Histórico no es legal actualmente, y también para recordar que los polémicos edificios no incorporan al tejido histórico de Málaga “sabores nuevos”, ni en el “mundo de la arquitectura” ni “localmente” como el Sr. Pérez menciona, sino que lo único que llega a lograr el diseño arquitectónico de los edificios administrativos del nuevo Museo Thyssen de Málaga es un gravísimo impacto sobre el paisaje urbano histórico, provocado por una contextualización de pésima calidad que demuestra una gran incomprensión cultural y una falta de respeto por la legislación vigente, así como también una enorme pobreza creativa de algunos arquitectos, camuflada como “pensamiento postmoderno” que devuelve una y otra vez los mismos patrones estilísticos basados en el “minimalismo” más radical que, por supuesto, en absoluto constituye “escasas y heroicas excepciones”, sino que más bien son auténticos bodrios arquitectónicos, EDIFEICIOS que nunca debieron salir de las mentes de los endiosados arquitectos que los idearon.


Hasta fechas muy recientes el espacio urbano de confluencia entre las calles Compañía, Mártires y Salvago, presentaba un estado lamentable, ejemplo por antonomasia del habitual nivel de respeto por el Patrimonio Histórico en la ciudad de Málaga, con un magnífico palacio de los siglos XVI-XVII en estado de ruina y cuya fachada había sido en los años 1960 alicatado con teselas de piscina; a su izquierda y derecha, tres magníficos ejemplos de arquitectura tradicional decimonónica malagueña languidecían, en un caso en un estado de ruina que acabó provocando la demolición de este par de inmuebles y, en el otro caso, habiendo permitido la adición de elementos "contemporáneos" que convertían el edificio histórico en algo horroroso. Ante esta dramática situación, la tardía respuesta del Ayuntamiento de Málaga, apoyado por la autorización de la Consejería de la Junta de Andalucía, ha consistido en la ejemplar restauración del Palacio de Villalón y su transformación en Museo Thyssen, pero a costa de construir unos edificios administrativos anexos de patético estilo arqutectónico "neutralista-contrastante", que han pervertido este espacio urbano histórico hasta convertirlo en un bodrio urbanístico postmoderno que atenta gravemente contra el paisaje urbano histórico de Málaga y que incumple el marco legislativo en materia de protección y conservación del patrimonio histórico.

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